“Para pescar hay que tirar la caña donde hay peces”
Esta frase tan aparentemente obvia es una de las verdades más importantes en Marketing y una de las que más se ignoran en el ámbito de la pequeña y mediana empresa, lo que provoca a medio plazo una incapacidad de generar clientes.
Lejanos están los tiempos en que uno podía hacer algo bien y esperar a que llamaran a nuestra puerta los clientes.
Hoy día tenemos que ser nosotros los que hagamos un esfuerzo activo por ir donde está el cliente y mostrar nuestros mensajes y nuestra empresa como una opción atractiva que resuelve mejor que nadie los problemas.
Sin embargo habiendo visto muchas pequeñas y medianas empresas uno de los problemas fundamentales es que esa frase tan obvia con la que se comenzaba este artículo no se aplica en la práctica, y lo que es peor, a veces se dice “eso ya lo sé” y luego se sigue sin mover un solo dedo por coger nuestra caña, buscar un río, ir hasta él y lanzar el anzuelo.
Por mucho que lo “sepamos” la prueba de fuego están en la práctica, en responder sinceramente a esta pregunta.
**"¿Qué estoy haciendo cada día para poner posibles clientes delante de mi oferta?" **
**"¿Qué acciones activas estamos empleando para llevar nuestro mensaje ante los posibles clientes? **
¿Cuánto presupuesto, tiempo y esfuerzo empleamos en esa tarea?"
Cuando miramos las horas, los euros y la dedicación real que cada jornada empleamos en responder a esa pregunta, entonces tenemos la verdadera respuesta a si sabemos de verdad que para pescar hay que tirar la caña donde hay peces.
Nada puede ser sustituto de esa acción y, es más, posiblemente el pequeño y mediano emprendedor quiera dedicar una buena parte de su día de trabajo a hacer llamadas, escribir correos, realizar visitas y concertar reuniones si de verdad quiere poder generar clientes.
Sí, la agenda es apretada, el trabajo es mucho, nadie está de brazos cruzados, pero la cuestión es que si tenemos poco tiempo y mucho trabajo la única solución es priorizar (o inventar una máquina del tiempo, pero la primera opción es ligeramente más fácil).
Y a la hora de priorizar dos clases de actividades destacan como las más importantes dentro de una pequeña y mediana iniciativa:
- Realizar el trabajo encomendado y servir a nuestros cliente actuales (obviamente)
- Realizar acciones de Marketing destinadas a que nuestro teléfono suene y gente interesada venga a vernos o pregunte por más información.
En el software Zen Marketing se insiste sobre la acción porque nada puede sustituirla.
Es actuar cada día de manera consistente lo que genera resultados y si no tenemos presupuesto para un departamento de Marketing que haga todo eso, entonces deberemos sacar tiempo, recursos y esfuerzo nosotros para hacer visible el nombre de nuestra empresa y exponernos ante posibles clientes de manera atractiva.
Eso es Marketing al fin y al cabo y actualmente el pequeño y mediano empresario no sólo tiene que ser un buen profesional en lo que hace, si no también dedicarse al Marketing. Al final, como con casi todo en esta vida, en Marketing se obtiene en proporción a lo que se pone.