¿Cómo convencer a más clientes de que compren? ¿Cómo diseñar un anuncio al que se haga más caso? ¿Cómo tener una campaña de Marketing que recupere el dinero y proporcione beneficios?
Estas son algunas de las cuestiones comunes que se reciben y si bien son todas válidas, muchas veces la impresión es que se quiere poner “el carro antes que el caballo” en lo que se refiere al Marketing y que antes de ocuparse de esas cosas no está de más echar un vistazo a otras más básicas, como estas 3 que, bien aplicadas, pueden mejorar la efectividad del Marketing casi de la noche a la mañana.
No sin razón en Recursos Para Pymes se suele insistir bastante en que mejorar el Marketing y aprender como hacerlo bien es fundamental para obtener más resultados y se hace así porque en muchas ocasiones es la gran asignatura pendiente en la mayoría de pymes.
Pero leer un libro sobre Marketing o aprender unos “trucos” para, por ejemplo, poner anuncios más atractivos no va a servirnos de mucho a medio-largo plazo.
Antes de ponerse con el Marketing conviene tener una base sólida sobre la que construir, porque si no existe aunque diseñemos la mejor campaña promocional del mundo nos vamos a estrellar sin remedio. Por eso he aquí 3 cosas que se pueden hacer para mejorar la efectividad de cualquier Marketing ya mismo y que son una buena manera de comenzar 2008.
1.- Mejorar el producto.
Y exponer que se ha mejorado. Si una empresa no aspira todos los días a tener un producto mejor y no se pregunta cada día qué puede hacer para proporcionar más valor entonces debe revisar bien lo que está haciendo, porque se está perdiendo el elemento principal de una iniciativa de negocio. Mejorar y dar más compensa.
En este año pasado cada mejora de cada uno de los productos de Recursos Para Pymes redunda en un aumento de las ventas y un incremento de la conversión de visitantes en clientes.
Un producto que se mejora transmite poderosas señales de que la empresa se preocupa y eso vale más que cualquier eslogan publicitario “infalible”.
2.- Reducir el riesgo para el cliente.
El cliente lo primero que quiere es no pifiarla con nosotros, es decir, no quedar como un pardillo al que le han sacado el dinero y luego si te he visto no me acuerdo. Después de asegurarse de que eso no le va a pasar entonces ya busca lo mejor posible que pueda encontrar.
En el caso de empresas consolidadas ya sabe que si compra cierto reproductor de Mp3 o aquella consola famosa tiene por seguro de que no se va a llevar un chasco al abrir la caja, pero si no tenemos ese status y somos una pequeña y mediana empresa desconocida entonces tenemos que hacer un esfuerzo activo por desterrar cualquier temor de la mente del cliente.
Uno de los elementos más importantes es la garantía. Una garantía poderosa (que por supuesto podamos cumplir) es señal de que, nuevamente, nos preocupamos. Ni qué decir tiene que, una vez más, a mayor garantía mayor porcentaje de ventas.
3.- Demostrar lo que decimos.
Todo negocio se dedique a lo que se dedique puede encontrar una manera de demostrar sin riesgo lo que hace a un posible cliente.
Si un negocio no tiene tal mecanismo y confía en que el cliente crea las promesas que se le dicen entonces está dejando de ganar mucho dinero. Cuanto más sin duda se demuestre algo más fácilmente se consiguen clientes, con lo que la cuestión a plantearse es clara:
¿Cómo podemos demostrar al cliente que lo que decimos es verdad? Y si ya tenemos algo así: ¿Cómo podemos mejorarlo?
Propongámonos estas tres cosas, revisemos el producto, la garantía y la forma de demostrar que lo que decimos es cierto y no precisaremos frases mágicas en la próxima campaña de promoción, simplemente comentar, con tono profesional y sin exagerar, lo que hemos puesto en marcha para que nuestro cliente no tenga que hacer ningún acto de fe al comprarnos.